Severn Suzuki... La niña que estremeció al mundo por 6:32 minutos



Ella es Severn Cullis-Suzuki: activista ambiental, licenciada en biología evolutiva y ecología por la Universidad de Yale. Ha ayudado a crear el think-tank The Skyfish Project y participó en la comisión asesora especial de Kofi Annan para cuestiones de medioambiente. Tiene 28 años.

El 3 de junio de 1992 una niña de 12 años llamada Severn Suzuki quien anteriormente a sus 10 años de edad fundó ECO (Environmental Childrens Organization) con sus amigos en la ciudad de Vancouver Canada, se desplazó, junto a un grupo de niños (Vanessa Suttie, Morgan Geisler, Michelle Quigg)pertenecientes a ECO (Environment Children Organization), desde Canada hasta la Conferencia de Medioambiente y Desarrollo "The Earth Summit" celebrada por la ONU en Río de Janeiro.

Una vez allí pronunció este discurso de 6:32 minutos. El discurso es en inglés y está subtitulado en español. No obstante, luego de verlo, sería conveniente leer el texto incluido abajo.



Hola, soy Severn Suzuki, representante de ECO (Environmental Children’s Organisation), Organización Infantil del Medio Ambiente. Somos un grupo de niños de 12 y 13 años de Canadá intentando lograr un cambio: Vanessa Suttie, Morgan Geisler, Michelle Quigg y yo. Nosotros mismos recaudamos el dinero para venir aquí, y decirles a ustedes, adultos, que tieneb que cambiar su forma de actuar. No he venido aquí a hablar de mis objetivos. Lucho por mi futuro.

Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o unos puntos en la Bolsa de valores. Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones por venir. Estoy aquí para hablar en defensa de los niños hambrientos del mundo cuyos lloros siguen sin oírse. Estoy aquí para hablar por los incontables animales que mueren en este planeta porque no les queda ningún lugar adonde ir. No podemos soportar no ser oídos.

Tengo miedo de tomar el sol a causa de los agujeros en la capa de ozono. Tengo miedo de respirar el aire porque no sé qué sustancias químicas hay en él. Solía ir a pescar a Vancouver, mi hogar, con mi padre hasta que hace unos años encontramos un pez lleno de tumores. Y ahora oímos que los animales y las plantas se extinguen cada día, desvaneciéndose para siempre.

Durante mi vida, he soñado con ver las grandes manadas de animales salvajes y las junglas y bosques repletas de pájaros y mariposas, pero ahora me pregunto si existirán siquiera para que mis hijos los vean.

¿Tuvieron que preguntarse ustedes estas cosas cuando tenían mi edad?

Todo esto ocurre ante nuestros ojos y seguimos actuando como si tuviéramos todo el tiempo que quisiéramos y todas las soluciones. Soy solo una niña y no tengo todas las soluciones, pero quiero que se den cuenta: ustedes tampoco las tienen.

No saben como arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono. No saben como recuperar los salmones de las aguas contaminadas. No saben como resucitar un animal extinto. Y no pueden recuperar los bosques que antes crecían donde ahora hay desiertos.

Si no saben como arreglarlo, por favor, dejen de romperlo.

Aquí, deben ser delegados de gobiernos, gente de negocios, organizadores, reporteros o políticos, pero en realidad son madres y padres, hermanos y hermanas, tías y tíos, y todos ustedes son el hijo de alguien.

Aún soy solo una niña, y sé que todos somos parte de una familia formada por cinco billones de miembros, de hecho por treinta millones de especies, y todos compartimos el mismo aire, agua y tierra. Las fronteras y los gobiernos nunca cambiarán eso.

Aún soy solo una niña, y sé que todos estamos juntos en esto y debemos actuar como un único mundo tras un único objetivo.

En mi rabia no estoy ciega, y en mi miedo no estoy asustada de decir al mundo como me siento.

En mi país derrochamos tanto… Compramos y despilfarramos, compramos y despilfarramos, y aún así así los países del Norte no comparten con los necesitados. Incluso teniendo más que suficiente, tenemos miedo de perder parte de nuestros bienes, tenemos miedo de compartir.

En Canadá vivimos una vida privilegiada, plena de comida, agua y protección. Tenemos relojes, bicicletas, computadoras y televisión.

Hace dos días, aquí en Brasil, nos soprendimos cuando pasamos algún tiempo con unos niños que viven en la calle. Y uno de esos niños nos dijo: “Desearía ser rico, y si lo fuera, daría a todos los niños de la calle comida, ropas, medicinas, hogares y amor y afecto”.

Si un niño de la calle que no tiene nada está deseoso de compartir, ¿por qué somos nosotros, que lo tenemos todo, tan codiciosos?

No puedo dejar de pensar que esos niños tienen mi edad, que el lugar donde naces marca una diferencia tremenda, que podría ser uno de esos niños que viven en las favellas de Río; que podría ser un niño muriéndose de hambre en Somalia; una víctima de la guerra en Oriente Medio o un mendigo en India.

Aún soy solo una niña y se que si todo el dinero gastado en guerras se utilizara para acabar con la pobreza y buscar soluciones medioambientales, qué lugar maravilloso sería la Tierra.

En la escuela, incluso en el jardín de infancia, nos enseñan a comportarnos en el mundo. Ustedes nos enseñan a no pelear con otros, a arreglar las cosas, a respetarnos, a enmendar nuestras acciones, a no herir a otras criaturas, a compartir y no ser codiciosos.

¿Entonces por qué salen fuera y se dedican a hacer las cosas que nos dicen que no hagamos?

No olviden por qué asisten a estas conferencias, lo hacen porque nosotros somos sus hijos. Están decidiendo el tipo de mundo en el que creceremos. Los padres deberían poder confortar a sus hijos diciendo: “todo va a salir bien”, “esto no es el fin del mundo” y “lo estamos haciendo lo mejor que podemos”.

Pero no creo que puedan decirnos eso más. ¿Estamos siquiera en su lista de prioridades? Mi padre siempre dice: “Eres lo que haces, no lo que dices”.

Bueno, lo que ustedes hacen me hace llorar por las noches. Ustedes, adultos, dicen que nos quieren. Los desafío: por favor, hagan que sus acciones reflejen sus palabras. Gracias.


"Ustedes no saben como reparar los huecos en la capa de ozono, ustedes no saben como salvar a los salmones de aguas contaminadas, ustedes no saben como resucitar a los animales extintos y ustedes no pueden recuperar los bosques que un día existieron y que ahora son un desierto. Si ustedes no saben como recuperar nada de esto, por favor PAREN DE DESTRUIR"

Severn Suzuki

Severn...



En 1993, Sevvern fue reconocida en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente “Global 500 Roll of Honour”. En 1993, Doubleday publicó su libro Decirle al mundo, 32 páginas de medidas ambientales para las familias. En 2002 se graduó en la Universidad de Yale con una Licenciatura en Ecología y Biología Evolutiva. En 2004 se inscribió en un curso de postgrado en la Universidad de Victoria para estudiar Etnobotánica con Nancy Turner.