El 3D sacude la taquilla cinematográfica mundial

‘Coraline y la puerta secreta’, de las primeras películas en 3D.

Criaturas que saltan de la pantalla, una aguja que sale y parece meterse en los ojos de cada persona, una bola de nieve cuesta abajo de una montaña que promete llevarse a toda la sala de cine forman parte de la magia sensorial de las imágenes en tercera dimensión. Personajes en relieves y paisajes con campo de profundidad se cuelan en la piel de cada espectador creando una sensación envolvente y tangible.

Hace setenta años que no se vivía una revolución en el Séptimo Arte, y la tridimensionalidad está demostrando que un nuevo concepto ha llegado para quedarse. La primera fue la llegada del sonido y el fin del cine mudo con El cantor de jazz en 1927. La segunda, en los años treinta, fue la aparición del Technicolor.

Los números de las taquillas demuestran el regreso de la ilusión de la caja negra. La crisis del celuloide hollywoodense, la piratería, los DVD, las pantallas planas de alta definición han generado una baja asistencia a las salas de cine, pero todo indica que las proyecciones en 3D han sido el motor principal para que el público salga de sus casas y vuelva de nuevo a la gran pantalla.

El efecto de los anteojos estereoscópicos ha atraído hasta el momento en EE.UU. el doble de público que las tradicionales salas 2D y los ingresos han sido hasta tres veces más elevados. En este país existen alrededor de 5.000 salas digitales y sólo 1.500 están preparadas para una proyección en 3D.

En Venezuela el fenómeno apenas comienza pero ya hay récords.